Todas las radios de mi colección están restauradas y en estado de funcionamiento.
En los años 40 y 50, las radios de galena eran un desafío tecnológico.
Con unos pocos componentes, un auricular de teléfono y un trocito
de galena, podías escuchar (muy flojito y todas juntas)
las emergentes emisoras españolas.
Los antiguos aparatos de radio a lámparas
me parecen encantadores, tanto por su diseño como por su técnica.
Historia de la Radio
Para los que vivimos el nacimiento de la radio y
su evolución hasta convertirse en un medio masivo de comunicacón social,
las radios antiguas tienen un atractivo muy especial.
En los años
anteriores a la guerra civil, tuvieron protagonismo las radios de
galena: eran económicas y fáciles de construir, aunque la escucha era
individual y la capacidad para escuchar distintas emisoras era
deficiente.
Posteriormente,
irrumpieron las radios de lámparas, imponentes, elegantes y que pasaron
a ocupar un lugar destacado en el salón de las casas. La familia se
congregaba alrededor para escucharla.
La televisión quitó a la
radio ese papel protagonista. Las radios, cada vez más sólidas y
fabricadas con plásticos o baquelitas, se refugiaron en las cocinas y en
los dormitorios.
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